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Demasiadas ideas. Muy poca dirección.

Tener muchas ideas no es señal de que vas bien.

Es señal de que, probablemente, te estás entreteniendo.


Lo sé porque lo he vivido.

Y porque lo veo cada semana en los proyectos que acompaño.


El problema no es la falta de creatividad.

Es el exceso de dispersión.

Saltas de una idea a otra como si fueran salvavidas,

cuando en realidad... solo estás dando vueltas en círculos.


Y no avanzas.

Solo te cansas.


El día que decides parar, mirar de frente y decir:

"Vale. ¿De verdad quiero construir esto? ¿ O solo estoy coleccionando ocurrencias?"

todo cambia.


Ahí empieza la dirección.

Ahí dejas de llenar cuadernos y empiezas a diseñar realidades.

Ahí, por fin, tu proyecto se parece a ti.

Y no a un brainstorming sin control.


No necesitas más ideas.

Necesitas dirección.

El ruido pasa